Nuestros enemigos procuran oprimirnos porque ellos saben el poder que tenemos. Si oprimimos a nuestras hermanas, entonces nosotros no somos igual que nuestros enemigos. En el juego del ajedrez, la Reina es el pedazo m�s fuerte en la tabla. En el juego de la vida, ella es todo que es dulce y todo que es sensual. Su fuerza se presencia con cada aliento que ella toma y destacado cuando ella da luz a nuestro futuro. En nuestra Naci�n, las Reinas son un elemento crucial. Es la belleza, la compasi�n, la inteligencia, y la resistencia de una Reina real que ense�a al Rey c�mo gozar la luz del Padre Todopoderoso. Todos debemos levantar nuestras coronas alto a nuestras Reinas. Para en la ecuaci�n que hace nuestro reinado, ellos son esenciales.
Gracias, mis hermanas, para todo que ustedes hacen. Amor de Rey!! Amor de Corona!!
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